Me voy de ti, porque no sé cuánto futuro hay contigo.
Porque debo dejar de soñar y debo entrar en razón, desde hace mucho pero que ésta vez sea en serio, como todas las veces.
Cuando de lejos como ahora te pensaba y como me parte haberte dejado ahí.
Huí sin algún recado, como si sólo me hubiera esfumado, un estallido en el corazón y de repente ya no estaba.
Me fui porque todos nuestros sueños eran una mentira, porque de ser ciertos, el mundo hubiera sido nuestro y el mundo no está listo para ti y para mi.
Para adueñárnos del material que respiramos, para traspasar mundos, para derrocar mundos, para destruir mundos.
Escapé de la forma más cobarde, dejé la dignidad y el honor ahí tirados.
No me llevé nada, no pedí nada, no quise mover los escombros, no pude tomar nada porque nada me pertenecía y temía encontrar tu cuerpo tendido entre los recuerdos.