domingo, 29 de julio de 2012

Diario.

Dia 1. En este sitio, donde la miseria y la pobreza significan lo mismo. Donde el cielo es espeso y estás tan cerca de las nubes que puedes tocarlas, aquí pienso en ti. Aquí, desde mi única ventana que no se deja vencer por el viento ni la lluvia, una sola ventana y una sola puerta. Habito esa oscuridad de tus ojos, todos esos puntos ciegos y todos los destellos que hoy te han abandonado. Desde esta oscuridad también te pienso.

 Día 2. Todos se han ido, quedamos la noche y yo, mis promesas sin cumplir y el tiempo. Quedamos el insomnio y mis ensoñaciones de estar a tu lado. Quedamos el balcón, la brisa y yo. Los insectos y el frío. Quedamos en mi imaginación; Tu figura y yo. No emerge el sol, las nubes crean un velo impenetrable para el calor. Es de día de nuevo.

 Día 3.  Los fantasmas ya se acostumbraron a mi presencia, no mas golpes a las puertas ni vientos inexplicables. La noche amarga es bienvenida siempre en mi corazón. Tengo días sin "verte" ni a la luna. La lluvia se detuvo y en el balcón hace un fresco para suspirar. Desde aquí de nuevo pienso en ti.

lunes, 23 de julio de 2012

Cobarde e Infame.

Con frecuencia me lo pregunto ¿qué sería de lo nuestro si yo no fuera un cobarde? Si encontrara la respuesta a todo lo que me pregunto sobre ti, probablemente dejarías de atraerme. Si el mundo no fuera un niño depravado y si los ojos te sirvieran para descifrar más que para solo ver, serían más utiles entonces.

 Dejaría entonces yo de esconderme tras cada pliegue que tu piel hace, dejaría yo de imitar todo aquello que miras con anhelo, solo porque el reto de descubrirte se terminó. Pero aun ahí, no vería esa sonrisa de manera diferente ni encontraría tan encantadoras las arrugas de tus labios.

Y a veces te pienso y a veces te olvido, pero no abandonaría tu recuerdo nunca. La cobardía es un lugar para estar de rodillas y por el momento ahí vivo yo, creyendo que con el tiempo podré ponerme de pie para verte a los ojos. No pasará.

Ni saldré a gatas por la puerta ni correré un maraton a tus brazos.
No se ve un atardecer en tus ojos si mis ojos están demasiado agobiados de mirarte.
No llegaré con flores si no es para tu entierro.
No caeré tres veces en el camino al Monte Calvario para dejarte en claro que tu significas eso para mi.