Tras años de encubrir mentiras con otras mentiras,
de buscar corazones donde solo existe naturaleza muerta,
de enterrar cadáveres de aves que no dejo ser libres,
de buscar techos sin agujeros donde se filtre el sonido de tus llamados.
Al fin logro encontrar ojos donde había oscuridad,
llaman al olvido con pestañeos y miradas a todos lados,
buscando perdición, buscando agujeros en el techo,
buscando goteras que provean agua para tomar,
llamando a la lluvia para despejar la niebla del mundo.
Una noche en la que los ojos llamaron, diez mil voces cantaban
una infinita tristeza, tragedia y renuncia del plano,
mil sobrevivientes de guerra caían al suelo con los cuerpos vendados.
Tambores sonaban sin cesar, el mundo en blanco y negro se abría
una nueva etapa.
La etapa en la que tu cabello se aferraba a tu cabeza mientras corrías.
La misma en la que perseguía tu voz en la oscuridad.
Tristeza acompañada de cantos de guerra y
el sonido que hacen los insectos al frotar sus patas.
Una noche de mala suerte, como esta, te vas con el canto de las voces,
con los mil sobrevivientes, con la niebla y el mundo en blanco y negro
se va cerrando a medida que dejas este plano.
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