martes, 21 de junio de 2011

El corazón podrido

No se lo que pasa, quien eres tu
ni lo que piensas, no eres a quien conocí
de alguna manera se han robado tu esencia
y en su lugar han puesto a una hipócrita.

Cuesta trabajo creer, que estas manos
sobre tu cuerpo ya no tienen ningún poder...
tus ojos tan profundos y muertos, tus palabras
debiles y tus besos tan sofocados.

No eres aquella sonriente natural,
quien me llevaba a todo aquel mundo desconocido
quien con la moneda mas pequeña de su bolsillo
podia comprar el mundo...

Eres una naranja envejecida, de piel delgada
y quebradiza, un ser tan triste y solitario
que se rie de mi a carcajadas dementes.

Y no soy yo quien te enamora con los días,
en realidad nadie lo hace, las promesas del ayer
se quedaron ahí mismo, esperando a ser comenzadas
gritando para no morir.

Lejos uno del otro, tan orgullosos y pretenciosos.
aspirando el aroma pestilente de la terrible verdad.
Con el orgullo destrozado y el corazón podrido,
con la frente en alto solo para no vernos destruidos por fuera.

Nunca hubo un freno capaz de detener esta catástrofe,
siempre supimos ver desde lejos lo terrible del destino,
pero quisimos romper pronósticos, y nos queríamos.

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