Solía ser aquel, escondido esperando
algún movimiento en falso.
Tu me enseñaste
Esperando algún error humano y
bastante estúpido para actuar,
esperando un pestañeo para entrar
en tu alma, una distracción pequeña
Tu me enseñaste
Me enseñaste a romper el candado
con las manos, a no crear barreras
que pudieran impedirme llegar a ti...
Esta noche, tus mentiras serán solo
para esconder el terrible dolor y el
temor a todo aquello que no sucedió
Esta noche tus lagrimas se secaran
solas, la mano que alguna vez las
Seco te arrebatara todo cuanto te pudo dar.
El mensajero de la paz trabaja en un ataúd
a tu medida, los caballos de la exaltación
cargaran tu carroza fúnebre y aquel que te
dio la vida dirigirá tu ultimo viaje por este mundo
Te veré caer,
cavare tu tumba
Y llorare de hipocresía.
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